domingo, 1 de abril de 2018

El poder de nuestro estado.

En el dominio de nuestras condiciones, tanto personal, social y profesional,   algunas veces, hemos tenidos experiencias  buenas,  todo perfecto,  sin  ningún error,  siempre  apareciendo  ideas y palabras acertadas; en algún momento,  hasta salimos héroes de la situación, como también,  caemos en un estado contrario; una mala racha, acciones  que empezaron a salir mal, o todas las puertas se empezaran a cerrar. Pensamos,  que no hay  arreglo, y no es así, hubo errores que no  lo vimos, el cual, no teníamos el control.
Cuando pasan estos elementos, a veces nos preguntamos porque tenemos resultados desastrosos y en otros fabulosos.
Todo está presente en nuestro estado neurofisiológico, hay momentos,  que presentamos estados que potencian, como la confianza, el amor, la seguridad interior, la alegría, el éxtasis, y la más relevante la fe. Liberando fuentes inagotables de poder en la persona. Un ejemplo cuando todo está en sintonía esta, esté ejemplo. 

En otras oportunidades nos encontramos paralizados todo, de momento, no sale como esperamos, nos detenemos  generando confusión, depresión, miedo,  angustia,  tristeza,  frustración. Totalmente impotente, mucha  confusión, todo esto, es como un ciclo una son buenas y otras malas. En nuestro alrededor encontramos personas que reaccionan de manera rabiosa o bufido, es que no sabemos que les paso, están en un estado, que les privan  de sus recursos.
Lo importante es comprender nuestro estado, poder cambiar y llegar a la excelencia. Es por eso, que nuestras conductas, en diferentes momentos, son siempre,  los resultados de nuestro estado en que nos encontramos.

Cambiar nuestro estado implica modificar las representaciones internas y también modificar la fisiología. Todo esta el modo en que uno se representa al mundo, y por tanto, cómo lo experimenta.
Es de recalcar, que nuestro comportamiento, es el resultado del estado en que nos hallamos. La clave para obtener los resultados que uno desea, consiste en representarse las cosas de manera que uno, se situé en un estado de plenitud, los resultados estarán en proporción con el esfuerzo. Importante, cuando nos representamos a nosotros mismo; que las cosas no van a salir bien, pues no saldrán bien. Si al contrario, nos formamos la representación de irán a pedir de boca, todo muy bien, entonces creamos los recursos internos que necesitamos para producir el estado que, a su vez, nos capacita para obtener resultados positivos. Siempre hay que MAXIMIZAR; Como también, es preciso acudir al método de modelado.
Buscando un modelo de vida.
Una de la constante de la vida, es que los resultados, se están produciendo continuamente. Si no es usted quien decide conscientemente qué resultado quiere obtener y no se representa las cosas en consonancia, será entonces algún agente externo (una conversación, un espectáculo, cualquier cosa) lo que condicionará sus estados, y dará lugar, a comportamientos que quizá no le convengan.
Si no siembra las semillas mentales y fisiológicas  que deseas cosechar, automáticamente, todo se llenará de malas hierbas, el medio que nos rodea, puede producirse  al azar, y algunos serán indeseables. Es preciso permanecer atentos, día tras día, como guardianes antes las puertas de nuestro cerebro, para saber cómo nos representamos habitualmente  las cosas a nosotros mismo. Cultivemos diariamente nuestro jardín. Al enfocarnos continuamente en cosas malas de la vida, se pone a sí mismo en un estado, que fomenta esa clase de comportamiento y resultados. Es necesario infundir entusiasmo a todos los que conviven en el entorno familiar y social

Otras fuentes de interés:


Tomado del libro: Poder sin límites de Anthony Robbins 

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